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MUSEO FOTOGRAFICO "SIMIK"




Un bar de la avenida Federico Lacroze, esquina Fraga, del barrio porteño de Chacarita tiene una ambientación muy original: una gigantesca colección de cámaras de fotos. Su dueño, Alejandro Simik, nos comenta que la adquisición de los setecientos aparatos relacionados con la fotografía daguerrotipos, cámaras, reproductoras y sus correspondientes fotografías- la fue haciendo durante muchos años, ¡comprándolas una por una!
El museo comenzó a funcionar hace exactamente cinco años con la inauguración de la primera vitrina en el Bar Palacios. Hoy por hoy el bar tiene cámaras por todos lados, incluso las mesas del bar tienen un vidrio donde debajo se exponen elementos fotográficos y cámaras. En el sótano hay un espacio donde se dictan clases de foto. Generalmente todos los primeros miércoles del mes se inaugura una muestra de algún fotógrafo contemporáneo. Un objetivo de este museo es la transmisión gratuita de la evolución de la fotografía desde sus orígenes.
Su dueño que es fotógrafo publicitario cuenta que todo comenzó cuando en el ´95 le regalaron una cámara fuelle Kodak de los años ´30. El experimentar con ella fue lo que hizo que de a poco fuera descubriendo las fotos y las cámaras antiguas.
El museo cuenta con un patrimonio considerable dado que conserva daguerrotipos (primer proceso fotográfico de mediados del siglo XIX) además de exhibir otros procesos positivos de la época como ambrotipos y ferrotipos. Desde luego también tiene aparatos que trabajan con negativos. El museo atesora también una colección de unas 4000 fotografías de los siglos XIX y XX que por cuestión de espacio se van rotando en su exhibición temática.
Hace menos de medio año que la Legislatura porteña nos había obsequiado un ejemplar recientemente editado titulado Cámaras de ayer, imágenes de hoy: personalidades (véase comentario en El Abasto n°77) donde el protagonista y fotógrafo más constante es justamente Alejandro Simik, que junto a su equipo de Club de Fotógrafos con Cámaras Antiguas se habían encargado de tomar las fotografías luego de haber refaccionado los instrumentos. “Los amantes de la fotografía antigua observamos en ellas sus detalles de luz, la vestimentas de los personajes, los objetos, los rostros, las miradas, hasta tratando de descubrir el pensamiento de los retratados. Por eso sacamos las cámaras de las vitrinas del museo, las desempolvamos y le dimos la vida que el tiempo les había quitado. Nos pusimos en la piel de aquellos viejos artistas que congelaban instantes irrepetibles. El reto es poder realizar fotos con estas cámaras y en similares circunstancias; lo cual hemos logrado con un hermoso grupo de fotógrafos aferrados a un mismo fin: disfrutar de cada toma y desafiar a la tecnología actual” reza un texto firmado por Simik en un folleto sobre dicho trabajo donde en total participaron dieciocho fotógrafos. Vale agregar que dicho club -el de Fotógrafos con Cámaras Antiguas- se reúne todos los martes a las 19 en el museo.
El lugar, una joya, tanto para quien solamente desea tomarse un café como para aquel que esté interesado en la fotografía. Un lugar infaltable para quien desee descubrir tesoros porteños, muchas veces ocultos tras el smog y el apuro.

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